El mercado de transferencias está en agitación, y una nueva saga acaba de entrar en la intemperie. El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, lanzó una bomba al proponer una colosal oferta de 100 millones de euros para repatriar a Achraf Hakimi, la antigua estrella del club, actualmente en Paris Saint-Germain. Esta propuesta viene con un contrato tentador que se extiende hasta 2023, con un salario que convertiría a Hakimi en el segundo jugador más alto en el equipo del Real Madrid, justo detrás de las estrellas establecidas. Sin embargo, la respuesta del respaldo marroquí fue tan inesperada como mordisca, dejando a Pérez sin palabras y obligado a digerir un revés rotundo.

Hakimi, quien entrenó en la academia juvenil Castilla del Real Madrid, dejó el club en 2020 para unirse al Inter de Milán, antes de establecerse como uno de los mejores respaldos del mundo en el PSG. Su regreso al Bernabéu parecía un sueño hecho realidad para Pérez, quien lo vio como el sucesor ideal para fortalecer el flanco derecho de la defensa de Madrid. La oferta de 100 millones de euros, muy por encima de la norma para un defensor, refleja la ambición del presidente de reconstruir un equipo capaz de dominar a Europa. Pero Hakimi, claramente comprometido con su proyecto parisino, no puso sus palabras. Según fuentes cercanas a él, rechazó cortésmente pero firmemente la oferta, afirmando su deseo de continuar brillando en colores de PSG y comprometerse con un contrato a largo plazo con el club francés.

Este rechazo es un golpe para Pérez, que está acostumbrado a obtener lo que quiere en el mercado de transferencias. La reacción de Hakimi, descrita como una mezcla de respeto y determinación, sorprendió a los observadores. Algunos lo ven como una prueba de la madurez del joven de 25 años, que prioriza la estabilidad y un proyecto deportivo claro sobre un regreso nostálgico a su club juvenil. Otros creen que esta decisión podría verse influenciada por las tensiones pasadas con el Real Madrid, donde Hakimi carecía de la confianza necesaria para establecerse en sus primeros días.
Para el PSG, este episodio fortalece la posición del club, que no tiene intención de dejar ir su estrella. El presidente parisino, Nasser al-Khelaïfi, puede frotarse las manos: la lealtad de Hakimi es una señal fuerte en un momento en que el club busca consolidar su equipo para apuntar a la Liga de Campeones. En cuanto a Madrid, Pérez tendrá que repensar sus planes. Este revés podría alentarlo a recurrir a otros objetivos, pero deja un sabor amargo en la capital española. La saga Hakimi está lejos de terminar, y los próximos meses prometen más giros y vueltas.