La Fórmula 1 ha sido testigo de un nuevo capítulo de tensión en Red Bull Racing, esta vez protagonizado por Sergio “Checo” Pérez y el jefe del equipo, Christian Horner. Una serie de declaraciones y filtraciones han puesto al descubierto las fricciones internas que marcaron el final de la relación entre el piloto mexicano y la escudería austriaca. Todo comenzó cuando Pérez, tras su salida de Red Bull en 2024, dejó entrever en entrevistas que sus advertencias sobre el RB20 no fueron tomadas en serio por Horner y el equipo técnico. Según el mexicano, desde 2023 había señalado problemas de balance y degradación de neumáticos que afectaban su rendimiento, pero sus comentarios fueron ignorados, priorizando las necesidades de Max Verstappen.

La gota que derramó el vaso fue una declaración de Cadillac, el equipo que se perfila como el próximo destino de Pérez en 2026. En diez palabras, un directivo afirmó: “Checo será nuestra arma para dominar desde el primer día”. Esta frase no solo confirmó el interés de Cadillac, sino que desató especulaciones sobre cómo Pérez está utilizando su experiencia en Red Bull para exponer las fallas de gestión de Horner. Fuentes cercanas al piloto sugieren que Checo compartió con Cadillac detalles técnicos y estratégicos que podrían darles una ventaja competitiva, algo que ha sido interpretado como una venganza contra Red Bull por su despido.
El impacto de estas revelaciones ha sido devastador para Horner, cuya decisión de reemplazar a Pérez con Liam Lawson resultó un fiasco. Lawson no logró adaptarse al RB21, acumulando resultados mediocres que contrastan con los podios de Pérez en años anteriores. En una entrevista en el Gran Premio de China 2025, el periodista Ted Kravitz confrontó a Horner con una pregunta incómoda: “¿No pagaste a Checo para esto, verdad? ¿Lawson no es más rápido?”. La reacción de Horner, visiblemente incómodo, fue evasiva, limitándose a decir que analizarían el desempeño del neozelandés. Este episodio, ampliamente discutido en redes sociales, dio fuerza a la narrativa de que Pérez tenía razón sobre los problemas del equipo.
La afición mexicana no ha tardado en respaldar a Checo, con miles de mensajes en plataformas como X celebrando su postura. Muchos consideran que su salida de Red Bull fue injusta, especialmente tras su contribución a los campeonatos de constructores de 2022 y 2023. Mientras tanto, Horner enfrenta críticas crecientes por su manejo del equipo, con rumores de tensiones incluso con Verstappen, quien ha evitado defender públicamente a su jefe. La posible llegada de Pérez a Cadillac, respaldada por un proyecto ambicioso, plantea un escenario donde el mexicano podría enfrentarse a Red Bull en igualdad de condiciones.
Por ahora, Pérez se mantiene enfocado en su futuro, dejando que las filtraciones hablen por sí solas. La Fórmula 1, siempre un caldo de cultivo para la controversia, espera ansiosa el próximo capítulo de esta saga, donde Checo parece decidido a demostrar que su voz merecía ser escuchada.