La National Football League (NFL) no ha sido ajena a las controversias, y su historia reciente es un testimonio de eso. Sin embargo, la reciente decisión conjunta de Mike Tomlin de los Pittsburgh Steelers, Mike McCarthy de los Dallas Cowboys y John Elway de los Broncos de Denver para imponer una multa acumulativa de $ 10 millones a los jugadores que se rodaron durante el Anthem Nacional han llevado un nuevo nivel de debate.

Para comprender la gravedad de esta decisión, primero uno debe apreciar la estatura y la influencia de estos tres entrenadores en el mundo del fútbol americano.
Tomlin, McCarthy y Elway no son cualquier entrenador; Representan franquicias con una historia histórica en la liga, al mando del respeto y la admiración de los compañeros y los fanáticos. Su decisión de unirse en este tema dice mucho sobre la gravedad percibida de la situación en sus ojos.
Mike Tomlin, quien ha llevado a los Steelers a múltiples apariciones en playoffs y una victoria en el Super Bowl, siempre ha enfatizado la disciplina y la unidad en sus equipos. Su postura sobre el himno arrodillado refleja su creencia en presentar un frente unido como equipo. “El fútbol se trata tanto de trabajo en equipo y unidad como de talento y estrategia”, dijo Tomlin en una conferencia de prensa. “Si bien las voces y preocupaciones individuales son válidas y deben ser escuchadas, el campo, justo antes de un juego, podría no ser el mejor lugar para ello”.
Mike McCarthy, con una victoria del Super Bowl en su haber con los Green Bay Packers y ahora dirigía el barco para los Cowboys, se hizo eco de estos sentimientos. “Nuestro objetivo, semana tras semana, es ganar juegos. Cualquier distracción, por noble que sea la causa, afecta nuestra misión principal”.
John Elway, cuyo legado con los Broncos como mariscal de campo y ahora ejecutivo no tiene paralelo, trajo una perspectiva única. “La NFL no es solo deporte; es una fuerza unificadora. Tenemos fanáticos de todos los ámbitos de la vida, con variadas creencias y opiniones. Lo último que queremos es que el juego se convierta en una fuente de división”.
La multa considerable tiene plumas comprensiblemente con volantes entre muchos jugadores. Argumentan que su protesta es un medio pacífico para llamar la atención sobre las desigualdades raciales sistémicas y la violencia policial.
“No estoy faltando el respeto a la bandera o al ejército”, expresó uno de los jugadores multados, que deseaba permanecer en el anonimato. “Estoy usando mi plataforma para resaltar una injusticia, y es mi derecho constitucional hacerlo”.
La NFL Players Association (NFLPA) ha expresado sus preocupaciones. Argumentan que la multa es una forma de supresión de las voces de los jugadores. En una declaración oficial, la NFLPA mencionó: “Estamos revisando la situación y considerando todas las opciones para proteger los derechos de nuestros jugadores”.
La base de fans, reflejando la división social más grande, permanece dividida. Algunos apoyan el derecho de los jugadores a protestar, mientras que otros sienten que el himno debería ser un momento sacrosado. Las redes sociales han estado llenas de opiniones de ambos lados, destacando la brecha profunda.
Además, ya no se trata solo del fútbol. La situación se ha convertido en una discusión más amplia sobre el papel de los atletas en el discurso político y social. ¿Deberían los deportes seguir siendo un terreno neutral, libre de debates sociales, o es una plataforma legítima para que los atletas expresen sus preocupaciones?
Con una decisión de esta magnitud, las repercusiones seguramente serán múltiples. Las multas podrían establecer un precedente para otros equipos y ligas, o podrían retroceder después de discusiones y negociaciones. De cualquier manera, han reavivado el debate sobre los deportes y el activismo, asegurando que la próxima temporada de la NFL sea mucho más que solo touchdowns y goles de campo. La liga, sus jugadores y los fanáticos están listos para una temporada que será observada de cerca, no solo por la acción en el campo sino por las declaraciones que se hicieron.