En un esfuerzo por contrarrestar el antisemitismo, el ex presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que marca un cambio brusco en la política de inmigración y campus, específicamente dirigida a estudiantes extranjeros e individuos involucrados en protestas pro-palestinas. La orden abre la puerta para deportar a ciudadanos extranjeros que participan en manifestaciones vistas como de apoyo a Hamas u otros grupos extremistas.

Tras el ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, la administración Trump intensificó los esfuerzos para enjuiciar actos que identifica como vinculados al terrorismo, el vandalismo, el incendio provocado y la violencia contra las comunidades judías en los EE. UU. Trump han declarado que, a partir de 2025, los residentes extranjeros involucrados a pro-jihadistas serían de inmediato.
Los críticos, incluidas las organizaciones de derechos humanos, argumentan que la política infringe la libertad de expresión y se dirige injustamente a los palestinos. Sostienen que muchas de las protestas han sido contra acciones militares israelíes, no en apoyo de Hamas, aunque algunos han involucrado amenazas y vandalismo.
La postura de línea dura de Trump se alinea con políticas anteriores de su presidencia, incluidas las prohibiciones de viaje que afectan a varias naciones de mayoría musulmana y un enfoque estricto para la inmigración. Esta orden ejecutiva es parte de su campaña más amplia para eliminar lo que él etiqueta como influencia radical en los campus universitarios, especialmente entre los estudiantes internacionales asociados con la mensajería pro-hamas. La orden no solo describe la deportación para ciudadanos extranjeros que violan las leyes estadounidenses, sino que también exigen un marco de recomendaciones para abordar el antisemitismo en todo el país.